PRÁCTICAS DE ABONADO RECOMENDADAS, PROHIBIDAS, OBLIGATORIAS EN PRODUCCIÓN INTEGRADA

A la hora de abonar el cultivo de la remolacha, muchos agricultores no escatiman en la cantidad de fertilizantes que aplican, suponiendo en numerosas ocasiones las necesidades reales del cultivo.  A continuación, se muestran las recomendaciones de fertilización de los tres nutrientes principales para un máximo rendimiento en la remolacha azucarera.

PRÁCTICAS DE PRODUCCIÓN INTEGRADA EN ABONADO

Las exigencias nutricionales de la remolacha azucarera son elevadas y la fertilización debe tener en cuenta un ciclo vegetativo largo. Este exige por un lado fuentes disponibles y asimilables rápidamente, y por otro lado, nutrientes de acción prolongada y persistente. Los suelos que tienden a compactarse deben ser abonados con productos orgánicos para mejorar su estructura.

Las extracciones del cultivo de remolacha (UF/Tm de producción) son las siguientes:

  • N (nitrógeno): 2,5
  • P (fósforo): 0,5
  • K (potasio): 4,0

La fertilización nitrogenada, es el elemento que influye más en los rendimientos de la remolacha (producción y calidad) produce una respuesta muy rápida sobre la vegetación, proporcionando un gran aparato foliar y dotándolo de un color verde oscuro. No hay que olvidar que un exceso de nitrógeno provoca un desarrollo excesivo del aparato foliar y una bajada en la riqueza (polarización), que se agrava si la aportación de nitrógeno es tardía.

Según el Reglamento Específico de Producción Integrada de la Remolacha Azucarera, la cantidad de nitrógeno no puede superar las 240 UF/ha y campaña, repartiéndose de la siguiente forma, según el cuadro nº4:

  • Fondo: 0-60 UF/ha antes de sembrar, en forma simple o compleja.
  • Cobertera: La cantidad restante irá repartida en 1 o 2 aplicaciones en forma nítrica, amoniacal o ureica, de la siguiente forma:

1ª cobertera: 60 UF/ha. (Ní­trico, amoniacal o ureica) cuando la remolacha tenga entre 6-8 hojas verdaderas en secano y 4-8 hojas verdaderas en regadío y la parcela limpia de malas hierbas.

2ª cobertera: (Ní­trico o amoniacal) dicha aportación dependerá del contenido de nitrógeno (en forma ní­trica) en análisis de suelo realizado antes del abonado de fondo y de la pluviometría que se ha producido en el otoño e invierno. No aplicar después del cierre de calles o si la raíz pesa más de 400 gr., excepto en años en que las condiciones climatológicas sean adversas o en siembras tempranas.

Asimismo, las parcelas que se encuentren en zonas vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agrario, no deben superar la cantidad de 4,2 UFN por tonelada de producción esperada. No se debe aplicar en fondo o sementera más del 30% del nitrógeno total. Se recomienda, aplicar el abono de cobertera en dos veces, una en el aclareo y, otra, un mes posterior. No aplicar nitrógeno una vez que la raíz alcance un mínimo de 400 g.

Además, como todos los agricultores integrantes de la API solicitan la ayuda agroambiental, deben cumplir la prohibición de superar los 189 UF totales de nitrógeno por hectárea y campaña en regadío y 105 UF en secano, según la última normativa.

El fósforo es otro elemento fundamental para el desarrollo de la remolacha, activando el desarrollo inicial de las raíces favoreciendo el crecimiento de las plántulas. Se debe aplicar en fondo siguiendo la recomendación del Reglamento, ver cuadro nº 4.

En cuanto al potasio, interviene activamente en numerosos procesos biológicos de las plantas, destacando su presencia durante la fotosíntesis. Su acumulación en las hojas favorece la síntesis de sacarosa, siendo el responsable del posterior transporte a los órganos de reservas, las raíces. Su aplicación se realizará en fondo siendo su recomendación en función de la textura del suelo, ver en el cuadro nº 4.

Cuadro nº 4

Para cualquier consulta puedes ponerte en contacto con el técnico de Producción Integrada de ASAJA Cádiz.