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Asaja-Cádiz traslada a Madrid la situación de sequía de la provincia

Asaja-Cádiz ha trasladado al comité directivo de Asaja-Nacional la situación de sequía que sufre la provincia por la ausencia de precipitaciones, altas temperaturas y vientos secantes de Levante para que dé cuenta al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y se tomen las acciones oportunas con vista a paliar los daños.

La falta de precipitaciones, las altas temperaturas por encima de los 25º y los vientos secantes de Levante, están poniendo en serio peligro al campo de la provincia que mira al cielo a la espera de precipitaciones que salven los cultivos y genere pastos para la ganadería.

Por cultivos el análisis es el siguiente:

Las adversidades climáticas están empezando a dar la cara en los cultivos de invierno, sobre todo, en los cereales de siembra temprana. En la mayoría de las parcelas de cereales, si no llueve en breve espacio de tiempo, la producción se va a ver seriamente afectada. Un dato representativo es que cultivos que se sembraron a finales de noviembre y a principios de diciembre están prácticamente espigados en su totalidad sin haber alcanzado el desarrollo normal. Por su parte, las siembras más tardías están empezando a padecer la falta de agua.

También se está viendo seriamente perjudicada la superficie de oleaginosas y leguminosas de siembra reciente. A la hora de realizar las labores de siembra nos encontramos que hay zonas en las parcelas que, al no haber podido retener la humedad suficiente, la nacencia ha sido irregular y , con ello, aumenta los daños por fauna.

La viña aún no está registrando daños, debido especialmente al tipo de suelo que existe en la provincia que retiene la humedad, proporcionando agua al cultivo. Ahora bien, las altas temperaturas van a provocar un adelanto en el brote de las yemas.

El olivar de regadío lleva dos semanas recibiendo riegos mientras que el año pasado no se empezó a regar hasta primeros de junio y probablemente, la falta de agua repercuta en la producción. En el caso del olivar en secano, la ausencia de agua repercute de manera muy palpable en los que se hayan plantado nuevos y, posiblemente, habrá que regarlos con cubas.

El esquema del olivar se repite en los almendros, que se están viendo especialmente afectados por los vientos de Levante con pérdida de hojas y flor. En el caso del secano, se está recurriendo a cisternas para aliviar al cultivo.

En el ámbito forestal, el corcho, sufrirá problemas si la sequía continúa, sobre todo, en las autorizaciones de saca porque el estrés hídrico hace que la corteza se pegue más al árbol, no adquiera calibre y al sacarlo se puede dañar.

En los cítricos y aguacates están recurriendo a regar con el agua de los pozos, con lo que aumenta la factura de la luz.

Hortícolas al aire libre están padeciendo la sequía porque se aumentan los costes de riego ya que, los tres o cuatro riegos que normalmente no se dan en invierno, se han tenido que efectuar. También se ven afectados por la falta de frío ya que el cultivo se acelera y las producciones se merman.

En el cultivo del arroz, la falta de agua va a repercutir en las labores de inundación porque al estar las tierras secas aumenta la demanda.

El cultivo de la remolacha es uno de los que está aguantando la sequía principalmente porque se trata de un tubérculo, está debajo de tierra y, por tanto, más resguardado de las inclemencias.

Ganadería y embalses:

El ganado también está teniendo problemas. Las siembras que se han destinado para aporte a la cabaña ganadera no han estado mal, pero el desarrollo de hierba natural ha sido lento y escaso. Como consecuencia, el aporte externo a los animales se está incrementando en comparación a un año normal aumentando el coste de producción al ganadero. En la mayoría de los casos se ha duplicado el aporte de alimentación.

Los pantanos están en la actualidad por encima del 60% de capacidad media en la provincia

Ante estos datos, Asaja-Cádiz ha puesto sobre aviso a Asaja-Nacional para que traslade al Ministerio de Agricultura la situación de la provincia y se vayan barajando las medidas oportunas que palíen los daños que en el sector agropecuario puede suponer el mantenimiento de la falta de agua.